
¡No te enloquesá, Lalita!
El partido comenzó. El equipo contrarío, antes de los 5 minutos, ya había anotado un gol. Lalita le hace a Pascual una zancadilla y cayó sobre la línea del área.
-
¡La cocha de tu hermana, hijo de mil puta!- dijo Pascual a Lalita. A lo que Lalita lo hizo callar.
-
¿A quién le decís la concha de tu hermana?- dijo Lalita
-
¡A vos pelotudo, a vos!
Los compañeros lo trataron de calmar. Pero no lo lograron.
-
¡Puto! Sos un puto de mierda.
-
Callate pelotudo.
-
¡Vení y decímelo en la cara cagón!
-
¡Te voy a cagar a trompadas!
El árbitro decide expulsar a los dos jugadores de la cancha. Chalo miraba y se quejaba. El salió porque le dolía la rodilla.
Comienza nuevamente el partido y el árbitro advierte a los jugadores.
-
Al que vea pelearse, lo echo. Estamos?
Chalo observaba desde una silla sentado, masajeando su rodilla. Se acerca uno de los jugadores del equipo contrario y comienzan a charlar
-
Vos sabes que cuando jugaba en la 25 de mayo, donde no hay límite de edad, yo pensaba que cuando pasara a veterano, todo iba a ser distinto. Más tranquilo- dijo Chalo
-
Jajajaja, no Chalo. Ni en pedo
-
Más viejos, más pelotudos. Me encontré con un grupo de gente de 50 y pico de años, que se cagan a trompadas, son peor que los jóvenes
-
Sí, claro. Además te digo una cosa, cuando más viejo las manías se intensifican. Pero Chalo, así es el futbol. Conozco a tipos que se vienen a cagar a piñas a los partidos de papis, no les importa nada.
-
Tienen calentura de futbol. Pero… Por más que sea calentura de futbol, lo de Pascual y Lalita a mí no me cierra.
-
Eso no es un asunto de futbol. Es algo que viene de antes, asunto de guita.
-
¿De guita?
-
Parece que Pascual le salió de garante en un crédito que sacó Lalita, y Lalita lo garcó
-
Nooo! En serio?
-
Si, eran socios, me lo contó el Hugo. Bueno Chalo, me voy a la ducha
-
¿No te quedas a ver cómo salimos?
-
No, para qué? Me voy a duchar, así cuando terminan me rajo enseguida.
Chalo, estando en el vestuario. Conversa con un jugador de su equipo, el cual lamenta el gol que se había perdido.
-
¿Cuándo saliste de la cancha?- le preguntó
-
A los 5 minutos, cuando el boludo de Lalita se peleó con Pascual, me empezó a doler la rodilla y me fui
-
¿Te lesionaste?
-
No, tengo agua
-
Ese Pascual es un pelotudo, todo los partidos lo mismo, siempre se agarra con Lalita
-
¿Sabes qué pasa Alemán? Esto viene de hace rato. Un quilombo de guita.
-
Eso fue después. Es un asunto de minas
-
¿Minas?
-
Si, en la facultad Lalita salía con una mina. Se estaba a punto de casar. Y Pascual se la cagó
-
¿En la facultad?
-
Si, se la choreo
-
Pero… ¿Estos se conocen hace una punta de años?
-
Si, bocha son amigos de pendejos. Pascual se terminó casando con la mina sin saber que le había salido de garante en un crédito a Lalita.
-
Ahh, ese es el crédito famoso…
-
Imaginate Lalita en llamas como el otro le choreo la mina, dejó de pagar el crédito. Y Pascual tuvo que poner toda la guita.
Chalo se va a un bar, donde encuentra a uno de sus oponentes tomando, en la barra, una cerveza.
-
No cabezón, la cosa entre ellos no es futbolística. Hay minas y plata en el medio
-
No, para eso fue después
-
¿Después de que?
-
La cosa es política. En la facultad, Pascual era dirigente estudiantil de la Izquierda y Lalita militaba con él. Un día, yo pienso que habrá sido por uno de esos clásicos celos por la dirigencia, el Lalita se aparece en la facultad con una foto del Pascual con traje blanco, bailando en una fiesta de Shocken Club
-
No me jodas!
-
Te imaginas, ya en esa época pasaba no más en frente del Shocken Club y ya eras un conservador
-
Claro, si en esa época estaba todo politizado.
-
Es por eso que Pascual se empecino en sacarle la mina a Lalita. Fue un capricho de venganza.
-
Mira, cuando se mezclan las minas, la guita y la política... Se va todo a la mierda
-
Bueno, nos vemos!
Chalo mira el lugar y lo ve a Pascual y no duda en ir y charlar con el un rato.
-
Qué partido de mierda
-
No, para no me hables. Yo no jugué ni 5 minutos, y tengo el golpe que me dio este pelotudo que me duele la pierna como la puta madre.
-
Sabes que me contaron que… Vos con el pelotudo este de Lalita hace mucho tiempo que se conocen
-
Hace mucho tiempo, demasiado. Y al pedo
-
Me contaron también que, no es solamente un asunto futbolístico. Perdón que me meta, pero es para entender.
-
¿Qué te contaron?
-
Un asunto de un crédito y algo de la política. ¿Puede ser?
-
No, te informaron mal. Sabes hace cuánto tiempo conozco a ese hijo de mil puta? Desde que jugábamos en el Baby en el club Flishertoon.
-
Bien de pendejo
-
Y sabes cómo empezó la bronca? Un día que jugamos juntos en el mismo equipo y Lalita entró al área a gambetear un defensor y le hicieron penal. El pendejo caprichoso, que fue toda la vida, quería patear el penal.
-
¿Y lo pateó?
-
De acá va a patear- dijo Pascual haciendo una seña
-
El técnico había decidió que los penales lo pateaba yo. Nos agarramos a trompadas ese día, no te imaginas cómo nos pegamos.
-
¿Y ahí empezó todo?
-
Y ahí empezó todo. Sabes cuantos años teníamos?
-
No
-
Cinco. Y empezó el quilombo por ese puto penal. Lalita… Que hijo de puta…
El cuento me gustó mucho, ya que el texto humoristico tiene que transmitir eso. Hacer reir al lector.