
Creo que todos los que pasan o estamos pasando por esta etapa que es la adolescencia, sabemos que no es fácil. Está repleta de cambios físicos y psíquicos, suele suponer un antes y un después en la relación padre e hijo. Con este texto se pretende buscar una solución para aquellos jóvenes que no quieren ni trabajar, ni estudiar.
En los artículos 8 y 9 de la "Ley de protección integral de los Derechos de las niñas, niños y adolescentes" se consigna lo siguiente:
"Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la vida, a su disfrute, protección y a la obtención de una buena calidad de vida."
"Tienen derecho a la dignidad como sujetos de derechos y personas en desarrollo; a no ser sometidos a trato violento, discriminatorio, vejatorio, humillante, intimidatorio; a no ser sometidos a ninguna forma de explotación económica, torturas, abusos o negligencias, explotación sexual, secuestros o tráficos para cualquier fin o en cualquier forma o condición cruel o degradante."
Pero... ¿Qué deberíamos hacer para aquellos adolescentes que no quieren estudiar, pero tampoco quieren trabajar porque no pueden por ser menores de 18 años?
Creo que es un tema que preocupa y mucho, ya que el desempleo es algo totalmente alarmante, y más cuando esas personas que buscan trabajo no han terminado sus estudios secundarios o no tienen un título.
Se plantea lo siguiente para motivar, a través de los padres, a un adolescente a estudiar o trabajar:
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Hablar directo: se podría explicar que la vida no es solo un juego, ya que todo lo que uno tiene ha costado un esfuerzo previo (por parte de los padres dinero y horas de trabajo).
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Buscar formas de decidir su futuro: todavía no es necesario que busque su vida, pero un adolescente tiene la suficiente edad como para empezar a decidir que hacer de su vida.
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Disfrutar: tanto de las cosas materiales y las experiencias de ocio, tendrá que ganar dinero.
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SU TRABAJO AHORA ES PRECISAMENTE ESTUDIAR.
Jamás dejar de lado a los hijos, ellos necesitan de alguna guía...